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El origen de las franquicias

El origen de la palabra 'franquicia' se remonta a la Edad Media, cuando un soberano concedía un privilegio –las cartas francas– a sus súbditos, mediante el cual se les permitía pescar o cazar en ciertas zonas. Con el tiempo, se recuperó el nombre debido a la similitud de esta concesión con el modelo de negocio en cuestión.

Las bases del sistema de franquicias fueron establecidas alrededor de 1850, cuando la empresa estadounidense Singer Sewing Machina Company, que fabricaba máquinas de coser, reorganizó su estructura y sembró los fundamentos de la franquicia actual. Este modelo de negocio fue adaptado posteriormente de forma masiva por numerosas compañías como Coca-Cola, General Motors, Hertz, Rent a Car y la francesa Lanière de Roubaix.

De hecho, se especula que la fecha de nacimiento del sistema de franquicias es 1929, cuando General Motors recurrió al contrato de franquicia para favorecer la colaboración entre la central y sus distribuidores. Sin embargo, el sistema se implantó y se asentó de forma masiva en Estados Unidos después de la Segunda Guerra Mundial, ya que las empresas buscaban una rápida expansión por todos los mercados, y los inversores un sector en el que invertir.